Arte
Historia del arte:
Periodo Prehispánico:
Dentro de este período se destacan las culturas del noroeste, consideradas como las que alcanzaron el más alto grado de desarrollo antes de la llegada de los españoles. Eran agro alfareras, basaban su economía en el trabajo de la agricultura y conocían las técnicas de la cerámica, metales y textiles.
Ubicados fundamentalmente en los valles de Catamarca y Salta; llevaban una vida sedentaria, se juntaban en grupos que mantenían una considerable cantidad de población. A su vez, este período se divide en: Temprano, Medio (antes del 900 d.C.) y Tardío (900 - 1480 d.C.).
Sobresalen las culturas de La Ciénaga, Condorhuasi, del oeste de Salta; La Aguada (período medio) ubicada en Catamarca, sur de Salta y norte de la Rioja hasta el norte de San Juan; Belén y Santa María (1000 de la era cristiana) se localizaron en los valles del oeste catamarqueño y en los de Yacavil y Calchaquí respectivamente.
Cerámicas decoradas con figuras geométricas, imágenes reales o fantásticas; vasos efigies que representan seres humanos o animales; urnas policromadas o grandes discos de metal decorados con figuras esquemáticas limitadas por líneas de relieves, conforman la producción de estas culturas que, actualmente, se hallan dentro del patrimonio de la división de Arqueología del Museo de La Plata.
Las culturas nativas dejaron también su testimonio en grutas y abrigos de las montañas: Salta, San Luis, Tucumán, Jujuy, Córdoba y la Patagonia son las zonas argentinas que ofrecen muestras de arte rupestre.
Período Colonial:
El rasgo que caracteriza a las obras de este período es, El predominio de lo religioso... y la funcionalidad que se otorgó al arte como instrumento persuasivo y transmisor de ideas. Artistas y artesanos trabajaron en función de una comunidad cuya vida social estaba centrada en el templo.
La Iglesia misma era una manifestación de esos valores: fachadas-retablo eran el nexo entre los hombres y el espacio sagrado, al interior los retablos repetían esta función y en ellos los artistas coloniales lograron notables exponentes.
Numerosos artistas de origen español e italiano, llegaron a estas tierras y realizaron pinturas y esculturas religiosas y retratos de personajes de la Iglesia y de funcionarios civiles. Merece destacarse que desde el siglo XVII, también llegaron a Buenos Aires numerosos envíos de obras provenientes de talleres europeos.
Una mención especial merece la labor de la Compañía de Jesús: sus arquitectos hicieron templos y edificios para su orden, pero también para otras, e incluso edificios civiles. Entre esos hombres cabe destacar a Andrés Bianchi (1677-1740). El jesuita alemán Florián Paucke (1719-1789), se conservan en Austria las ilustraciones acuareladas de sus memorias, éstas son un completo registro de la Argentina colonial: trajes de soldados y civiles, costumbres y usanzas de los indígenas, la vida cotidiana, útiles de labranza, la agricultura y hasta la fauna y la flora.
Los pintores jesuitas trabajaron en las ciudades del Río de la Plata, Tucumán y Paraguay, incorporando pinturas y esculturas a los templos y, dedicándose también a la formación de indígenas, mestizos y negros en sus talleres. Numerosos son los nombres y testimonios de su producción, que trascendieron el tiempo y llegaron hasta la época actual.
De la Independecia al Siglo XX:
A partir de la Revolución de Mayo, la temática religiosa señalada en el período colonial fue menos abundante; esta vez, la actividad pictórica se desarrolló fundamentalmente en el retrato y las escenas de costumbres.
Un numeroso grupo de artistas extranjeros visitaron, residieron por algún tiempo o se establecieron en la Argentina; captando en sus obras los tipos y costumbres de la región: Emeric Essex Vidal (1791-1861), marino inglés, dejó acuarelas con texto que son un registro notable del pasado argentino;
Carlos Enrique Pellegrini (1800-1875), llegó contratado como ingeniero, razones políticas le impidieron llevar a cabo las obras públicas programadas, entonces se dedicó a la pintura, realizando numerosos retratos, escenas de costumbres y vistas de la ciudad.
Adolfo DHastrel (1805-1875), otro marino, reunió dibujos y acuarelas en el libro Colección de vistas y costumbres del Río de la Plata (1875)
El litógrafo César Hipólito Bacle (1790-1838), imprimió en su establecimiento Litografía del Estado (1828-1838) Trajes y costumbres de la provincia de Buenos Aires, colaboraron con él su esposa Andrea Macaire y Arturo Oslow, entre otros.
Raimundo Monvoisin (1790-1870) y Mauricio Rugendas (1802-1858) se destacaron también entre los artistas extranjeros de la primera mitad del siglo XIX. El primero residió en Buenos Aires y siguió luego a Chile, realizó Gaucho Federal y La porteña en el templo. El segundo visitó Brasil, México, Perú, Bolivia y Chile; a él se le deben las obras como Desembarco de pasajeros en Buenos Aires y Retrato de Mariquita Sánchez de Mendivillie.
Dos artistas argentinos: Carlos Morel (1813-1894), quien reunió sus escenas de costumbres litografiadas en Usos y costumbres del Río de la Plata (1844-1845), realizó retratos y registró costumbres de la época como: Payada de la pulpería y Combate de caballería en la época de Rosas.
Prilidiano Pueyrredón (1823-1873), arquitecto, ingeniero y urbanista, fue uno de los pintores argentinos más notables del siglo XIX; buscó perpetuar las tradiciones Argentina y las antiguas costumbres de la gran aldea.
De la década del 20 a la actualidad:
La historiografía del arte Argentino señalar a la década del 20 como el período en que se produjo la modernización del lenguaje plástico en Argentina. Diversos acontecimientos sostienen esta afirmación: Regresaron a Buenos Aires Emilio Petorutti, el Grupo de París y Alfredo Guttero.
Actuaron Xul Solar, los Artistas del Pueblo, el Grupo de la Boca y otras individualidades. Se fundó Amigos del Arte, organismo que brindó espacio a las nuevas tendencias.
Alfredo Guttero fue la figura que acaparo a los jóvenes artistas y se organizó el Nuevo Salón. Para la misma época revistas como Prisma, Martín Fierro, Inicial, Plus Ultra, Claridad y Campaña de Palo reflejaron lo bonito del campo cultural. Convivieron en tensión durante el mismo período obras como las de Fader y Colivadino, portadoras de un lenguaje tradicional, con las de los jóvenes artistas en las que se puede rastrear, con mayor o menor éxito, la modernidad plástica.
Bailes y danzas:
Los bailes y danzas típicos de Argentina forman parte del folclore de dicho país y se derivan de la amplia variedad de géneros musicales presentes en Argentina. Existen muchos bailes típicos, cada uno de ellos con su atuendo correspondiente, pero, sin duda, el baile argentino por excelencia es el tango, el cual ha dado la vuelta al mundo y se practica en varios países
Tango:
El tango es, al mismo tiempo, un género musical y un tipo de baile original de Argentina y especialmente popular en la región del Río de la Plata y Buenos Aires, así como en Montevideo (Uruguay). El tango se remonta a finales del siglo XIX como resultado de una fusión entre la cultura rioplatense, africana, italiana, hispana e indígena.
El tango es un baile sensual que se baila en pareja y, por ello, el traje tradicional empleado para dicho baile es igualmente sensual. Destaca el atuendo femenino, que consiste en un vestido habitualmente rojo, aunque también puede ser negro, con una apertura lateral en un costado, de manera que una de las piernas queda semi-descubierta. Aunque habitualmente es un vestido corto, también existe una versión más larga. Bajo el vestido, se suelen llevar unas medias transparentes, semi-transparentes de color negro o con rejilla. Los zapatos siempre son de tacón.
En cuanto a la vestimenta masculina de tango, ésta consiste siempre en un traje, que puede ser totalmente negro o negro con finas rayas blancas. Bajo el traje, el tanguero lleva una camisa blanca, encima de la cual puede incluirse una corbata o un moño de forma opcional, y nunca falta el sombrero negro. Lo fundamental es que el atuendo masculino transmita una imagen elegante y, al mismo tiempo, varonil.
Danza chacarera:
El baile de chacarera es una danza floklórica original de Argentina, concretamente de la provincia de Santiago del Estero, aunque, a día de hoy, se he extendido por toda Argentina e incluso una parte de Bolivia. Este baile posee su propia música, la cual se toca con guitarra, bombo y violín.
Este baile se ejecuta en pareja dentro de un grupo de varias parejas y tiene un ritmo libre, si bien se debe mantener la coordinación con el resto de parejas que integran el grupo. No obstante, los pasos básicos de este baile consisten en rondas y vueltas.
El traje de mujer está formado por una falda bombacha larga habitualmente de color negro o de tono oscuro. La parte superior consiste en una camisa gris o blanca de cuello alto, sobre la que se coloca una especie de chaqueta característica de este traje. Finalmente, en el pelo la mujer se coloca una peineta.
En cuanto al hombre, éste lleva unos pantalones también anchos y ajustados en la parte de la cintura. En la parte superior, lleva una camisa blanca con botones y, sobre ella, una chaqueta. Nunca falta el sombrero, que suele ir a juego con el color de la chaqueta.
Carnaval:
Las celebraciones de Carnaval en Argentina destacan, precisamente, por sus trajes típicos. Llaman especialmente la atención el Carnaval de Corrientes, región situada en el litoral argentino y considerada como la Capital Nacional del Carnaval, y el Carnaval del noroeste, en las regiones de Jujuy y Salta.
El carnaval del litoral argentino (Corrientes y Entre Ríos) es muy similar al carnaval brasileño, dado que en él se combinan disfraces, desfiles y fiestas en la calle sobre todo en horario nocturno. Los trajes de estos desfiles se caracterizan por incluir motivos de fantasía, normalmente hechos con piedras brillantes, lentejuelas, plumas y canutillos, entre otros materiales.
Murga:
se denomina murga a los conjuntos compuestos por músicos percusionistas, bailarines y fantasías (se llama así a quienes portan banderas, muñecos, sombrillas, etc.), que decoran todo el desfile murguero. Algunos conjuntos agregan lanzallamas, malabaristas, bailarines con espaldares o zancos, vedettes, estandartes y otros artistas. A estos grupos más numerosos se los denomina comparsa. Estos conjuntos participan en los desfiles de carnaval conocidos como corsos todos los fines de semana de carnaval, es decir, un mes con anterioridad al miércoles de ceniza. Sin embargo, y a fines turísticos y organizativos, por lo general el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires intenta organizar los corsos durante el mes de febrero.